1. La creación de una industria donde todo se mide por las ventas y preferencias del mercado. Por otro lado la música que se usa en la Iglesia se mide por como Dios la usa para bendición de la congregación, lo que mas se vende no necesariamente es lo que mas edifique o bendiga a la Iglesia, y las canciones de una producción catalogada de "fracaso comercial" pueden ser de gran bendición en una o varias congregaciones.
2. La elevacion del director de alabanza a la categoría de "megaestrella". Nada mas lejano del espíritu de la alabanza y la adoración congregacional que poner la mirada y la atención sobre el que dirige en vez del Dios al que alabamos. Los Directores de alabanza "estrellas" deben salir por las puertas traseras por el asedio de las personas y en algunos "conciertos de alabanza y adoración" se confunden los gritos de jubilo por los gritos de las hermanas hacia los cantantes y músicos. Algunos directores no pueden resistir la atentación de colocar múltiples fotos de ellos mismos a lo largo de sus discos y sus paginas web, después de todo esa es la ley del marketing , hay que vender la imagen. Que contraste con la idea de Adoración que nos trasmitía el teólogo Kierkeggard cuando comparaba el culto con un Drama donde el publico es Dios (una audiencia de uno), los actores son la congregacion y los músicos y directores son apuntadores que deben estar escondidos para no interponerse en el drama.
3. Las tonalidades que se adecuan a la voz del cantante "líder" y no a la voz principal que es la de la congregación. Dios ha dotado de grandes voces a muchos de sus hijos, pero en el culto lo mas importante es que la congregacion cante y no lucir los extensos registros del líder de alabanza. Es sabido pero poco aplicado el criterio que dice que las canciones congregacionales deben mantenerse en el registro de Do a Do, donde toda persona puede cantar sin problemas ni dificultades (salvo casos especiales). No importa que el disco esta mas alto, no importa que mi voz no pueda hacer esas notas que me salen tan bien, lo mas importantes es que todos puedan cantar. Siempre habrá alguna excepción, pero en general la regla de "Do a Do" debiera primar en nuestros cultos. (Ver mi articulo 1000 años de silencio)
4. El desarrollo de ministerios de alabanza y adoración "independientes". Este es un tema difícil y complicado. Los ministerios de alabanza y adoración deben de surgir en la Iglesia, para la Iglesia y ligados a la Iglesia conforme Dios disponga, ser de bendición a otras Iglesias hermanas a través de sus composiciones, música y aun presentaciones. Sin embargo, actualmente muchos abandonan sus ministerios locales para desarrollar ministerios de alabanza y adoración itinerantes sin ningún tipo de respaldo congregacional, sin someterse a la autoridad de ninguna iglesia local y peor aún dejando a sus Iglesias sin ministerios adecuados. Hay un dicho muy viejo que dice: "Candil de la calle, oscuridad de la casa" parece que aquí se aplica perfectamente. Junto con esta problemática surge de inmediato los cobros por "ministrar" la alabanza y la adoración. Enormes cantidades de dinero que son explicadas como "ofrendas" para el ministerio.
Se que estas observaciones pueden ser fuertes y chocar con muchos, la idea no es criticar a ningún ministerio en particular sino poner el tema en la mesa de la discusión y reflexión para que repensemos como estamos desarrollando nuestros ministerios y cuanto de estos problemas los hemos asumido como algo normal, en vez de darnos cuenta de la peligrosa cuesta en la que podemos estar deslizándonos.
Que Dios siga levantando lideres de alabanza, músicos, ministros, consagrados con el Señor y su obra, que no pierdan la frescura de lo que es el servicio a Dios semana tras semana, sin luces, sin aplausos, sin fotos, pero con Iglesias edificadas y que unen sus voces para adorar a Dios.
Soli Deo Gloria
Francis Castañeda